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COLABORACION
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LA CHIMENEA:
(Colaboración
de Eduardo P.)
Un joven que había estudiado lógica, acudió a un rabino y solicitó ser instruido
en Talmud.
"¿Lógica?" - preguntó el rabino - "dudo que eso sea suficiente
para estudiar Talmud, pero te tomaré una prueba. Supongamos que dos hombres
bajan por una chimenea, uno sale con la cara limpia y el otro con la cara sucia
¿Cuál se lava la cara?"
"Eso es fácil, el de la cara sucia" - respondió el estudiante
"Incorrecto" - dijo el rabino - "el de la cara limpia. Veamos:
el de la cara sucia mira al de la limpia y piensa que su cara también está limpia.
El de la cara limpia mira al de la sucia y piensa que su cara está sucia, así
que él se lava la cara."
"No pensé en eso" - admitió el joven - "deme otra oportunidad".
"Volvamos a empezar. Dos hombres bajan por una chimenea, uno sale con la
cara limpia y el otro con la cara sucia ¿Cuál se lava la cara?" - Planteó
el rabino.
"Recién hemos respondido, aquel con la cara limpia" - contestó el
estudiante.
"No. Ambos se lavan la cara - dijo el rabino - Aquel con la cara sucia
mira al de la limpia y piensa que su cara está limpia también. Pero el de la
cara limpia mira al de la sucia, y piensa que su cara también lo está, entonces
se lava. Cuando el de la cara sucia ve que el de la limpia lava su cara, él
también se lava. Por lo tanto ambos lavan su cara".
"No me di cuenta de esa alternativa" - expresó el joven - "deme
otra oportunidad".
"Está bien. Dos hombres bajan por una chimenea, uno sale con la cara limpia
y el otro con la cara sucia ¿Cuál se lava la cara?" - Preguntó el rabino.
"Ambos lavan su cara" - respondió con énfasis el estudiante.
"No. Ninguno de los dos". - Dijo el rabino - "Aquel con la cara
sucia mira al de la limpia y piensa que la suya también lo está. El de la cara
limpia mira al de la sucia, y piensa que su cara también está sucia. Pero cuando
él ve que el hombre de la cara sucia no se lava, él tampoco se lava. Por lo
tanto ninguno se lava."
"Una última oportunidad y le demostraré que puedo estudiar Talmud"
- pidió el joven.
"Dos hombres bajan por una chimenea, uno sale con la cara limpia y el otro
con la cara sucia ¿Cuál se lava la cara?" - Volvió a plantear el rabino.
"Ninguno" - exclamó triunfalmente el estudiante.
"¿Ves ahora por que la lógica no es suficiente para estudiar Talmud? ¿Cómo
es posible que dos hombres que bajan por la misma chimenea, uno salga con la
cara sucia y otra con la cara limpia? ¿No ves que la pregunta es tonta? Y si
intentas contestar preguntas tontas, tu respuesta será tonta. Así que aprende
algo más de lógica antes de que intentes estudiar el Talmud." - Sugirió
el rabino.
LA CARRETA
VACÍA: (Colaboración
de Marta M.)
Caminaba con mi padre, cuando se detuvo en una curva y, después de un pequeño
silencio, me preguntó:
- ¿Oyes algo más, que el cantar de los pájaros?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después, le respondí:
- Sí, es el ruido de una carreta.
- Éso es, - me dijo. - Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre:
- ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la hemos visto?
Entonces, otra vez mas, me mostró su sabiduría:
- Es muy fácil darse cuenta: "Cuánto mas vacía está la carreta, mayor es el
ruido que hace"
"Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando
demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta,
presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y tratando con superioridad
a los demás... O a aquellos, que no pueden estar, sin el estímulo de parlantes
o de un televisor, que impiden todo tipo de diálogo, tengo la impresión de oir
la voz de mi padre diciendo:
- "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace" Y a la vez
: "cuánto se regocija el corazón, cuando vemos pasar una carreta repleta de
carga preciosa... Silenciosa... Plena.
NOTA
DEL HIJO: (Colaboración
de Eduardo P.)
El padre entra al cuarto del hijo. Ve la cama desecha y un papel que descansa
sobre la misma. Camina lentamente hasta alcanzar al papel pensando en lo
peor. Empieza a leerlo:
Querido padre:
Para mí es muy difícil decirte todo esto, pero te lo tengoque
decir. Te cuento que me estoy yendo de casa con Juan, mi actual pareja.
Estoy enamorado de él, papá. El pibe está bárbaro, tiene
un cuerpo increíble... Además tiene un montón de tatuajes y
estos piercings gigantes colgados de sus pezones... me encantan. También
me gusta su súper moto negra, BMW, que la policía jamás
logró alcanzar.... Creo que lo amo, papi.
Pero además, no es sólo eso... la verdad es que descubrí
que realmente no me gustan las mujeres. Lo intenté, pero no las puedo
ni ver. Sé que Ud. no aprueba mi decisión y es por eso que decidí
escaparme para vivir esta experiencia con Juan. Sé que seremos muy
felices en su casa rodante. Queremos viajar por el mundo sin conocer exactamente
nuestro próximo destino, viviendo de vender las artesanías hechas
por nuestras propias manos.
Pero para que sepas que lo nuestro va en serio, que no es pavada, te cuento
que Juan quiere que adoptemos hijos, que formemos una gran familia. El
otro día, mientras nos fumábamos un porrito, me lo propuso. Me
pareció genial, fue todo lo que siempre soñé: tener mi
propia familia. Eso sí, decidimos que una vez que los tengamos ya
no usaremos más drogas pesadas... sólo marihuana (que es
re sanita). Es que cuando hay chicos de por medio... hay que pensar un
poco más las cosas ¿o no? Creemos que entre nosotros más
los amigos gays de Juan y sus parientes, vamos a vivir en perfecta armonía.
Los chicos van a crecer en un ambiente muy sano, con muy buenos ejemplos. Y no
te preocupes papá porque a los 16 años, al contrario de lo que mucha
gente piensa, uno ya la tiene clarísima y sabe lo que quiere, así
que... espérame porque algún día volveré y vas a
ver que no me arrepentí en lo más mínimo. Te mando un beso
grande y decile a mami que la amo y no la culpo por nada.
Fito.
Y cuando el padre ya estaba casi por desplomarse sobre el piso del cuarto
de su único hijo varón, termina leyendo:
PD: Papito, no te asustes. Era todo una joda. Estoy yendo a lo de Marianita,
la hija de la vecina del 301. La pendeja está buenísima, solita
y regalada. Esta carta fue sólo para mostrarte que hay cosas peores que
las notas bajas. Mi boletín está en el primer cajón
de mi mesita de luz. Chau, después hablamos, chau, besos a todos
otra vez, Fito...
EXPERIMENTO
CIENTIFICO:
1. Metés 20 monos en una habitación cerrada.
2. Colgás una banana del techo y ponés una escalera para poder alcanzarla. Asegurándote
que no exista ningún otro modo de alcanzar la banana que no sea subiendo por
la escalera.
3. Instalás un sistema que haga caer una lluvia de agua helada en toda la habitación
desde el techo cuando uno empiece a subir la escalera.
4. Los monos aprenden rápido que no es posible subir la escalera evitando el
sistema de agua helada.
5. Luego, reemplazar uno de los 20 monos por uno nuevo. Inmediatamente, va a
intentar subir la escalera para alcanzar la banana y sin entender porqué, será
cagado a palos por los otros.
6. Reemplazar ahora uno de los viejos monos por otro nuevo. Entonces será cagado
a palos también y el mono introducido justo antes que este será el que más fuerte
le pegue.
7. Continuar el proceso hasta cambiar a los 20 monos originales y que queden
unicamente monos nuevos.
8. Ahora ninguno intentará subir la escalera, y más aún, si por cualquier razón
a alguno se le ocurre pensarlo, este será masacrado por el resto de los monos.
Y lo peor es que ninguno de los monos tendrá la menor idea del porque de la
cosa.
Corolario: Es así como nace el funcionamiento y la cultura de una empresa.
ARREGLAR
EL MUNDO: (Colaboración
de Claudio A.)
Un científico vivía preocupado con los problemas del mundo y estaba resuelto
a encontrar medios para disminuirlos. Pasaba días encerrado en su laboratorio
en busca de respuestas para sus dudas. Cierto día, su hijo, de siete años,
invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso
por la interrupción, intentó hacer que el hijo fuera a jugar a otro sitio.
Viendo que sería imposible sacarlo de allí, el padre procuró algo para darle
al hijo, con el objetivo de distraer su atención... De repente tomó un planisferio
de una revista, y, con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos. Junto
con un rollo de cinta adhesiva, lo entregó al hijo diciendo:
- "¿A TI TE GUSTAN LOS ROMPECABEZAS? ENTONCES VOY A DARTE EL MUNDO PARA
ARREGLAR. AQUI ESTA EL MUNDO TODO ROTO. ¡MIRA SI PUEDES ARREGLARLO BIEN!
HAZLO TODO SOLO"
Calculó que al niño le llevaría días para recomponer el mapa. Algunas horas
después, oyó la voz del hijo que le llamaba calmamente:
- "PADRE, PADRE, YA HE HECHO TODO. ¡CONSEGUI TERMINAR TODO!"
Al principio el padre no dio crédito a las palabras del hijo. Sería imposible
a su edad haber conseguido recomponer un mapa que jamás había visto. Entonces,
el científico levantó los ojos de sus anotaciones, seguro que vería un trabajo
digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos
habían sido colocados en sus sitios. ¿Cómo sería posible? ¿Cómo el niño
había sido capaz?
- "TU NO SABIAS COMO ERA EL MUNDO, HIJO MIO. ¿COMO LO CONSEGUISTE?"
- "...Padre, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando tú quitaste el papel
de la revista para recortar, yo vi que del otro lado había la figura de
un hombre... Cuando tú me diste el mundo para arreglarlo, yo lo intenté
pero no lo conseguí. Fue entonces que me acordé del hombre, di vuelta a
los recortes y empecé a arreglar el hombre, que yo sabía cómo era. CUANDO
CONSEGUI ARREGLAR EL HOMBRE, DI VUELTA LA HOJA Y ENCONTRE QUE HABIA ARREGLADO
EL MUNDO..."
EL SAMURAI: (Colaboración de F. A. Martínez)
Había una vez un samurai que era de avanzada edad y
era conocido como el mejor del pueblo.
Un día, se comentaba de la gran fuerza de un nuevo guerrero joven,
quien había matado a muchos de los guerreros mas prestigiosos, y
que iba a ir al pueblo para pelear con el gran maestro.
Este, al enterarse de la noticia, aceptó el duelo, porque había
escuchado que el joven guerrero hacía enojar a los demás
guerreros, y cuando los guerreros se enojaban él era muy bueno para
ver un simple error y ganar la pelea.
Cuando llegó el día, el guerrero comenzo a insultar al viejo
samurai de todas maneras e idiomas, pero no lo hizo enojar, y se fue indignado.
El viejo samurai contestó, frente a la vacía pregunta de un
alumno, porqué no había peleado; dijo: Si alguien viene con
un regalo para ti, y tú no lo aceptas ¿de quien es el regalo?
El alumno contestó: sigue siendo tuyo, porque el otro no lo quizo.
Bueno, dijo el samurai, aplica esto a la actitud que tuvo el joven guerrero,
y entenderas el porqué...
EL REY SABIO (Colaboración de Daniel C.)
Había una vez un rey que respondía con sabiduría todas las preguntas que
le hacían; cada súbdito que se presentaba ante él salía con la respuesta justa a
su pregunta.
Cierto día un joven celoso de su sabiduría se propuso tenderle una
trampa, iría donde el rey y con pequeño pájaro en su mano le preguntaría si éste
estaba vivo o muerto, si el rey decía que estaba vivo, él apretaría al pájaro en
sus manos y al abrirlas éste abría muerto... y el rey se habrá equivocado; si
contestaba que estaba muerto éste lo dejaría volar... y el rey se habrá
equivocado, se sentía orgulloso su plan no podía fallar.
Fue así que llegó ante el rey y expuso su pregunta:
-
"Dime si éste pájaro que
tengo en mis manos está vivo o está muerto"
El rey luego de mirar al joven a
los ojos le respondió:
-
"Querido amigo porqué me preguntas eso a mí si la
respuesta está en tus manos".
¿QUÉ TAN PODEROSO ERES? (Colaboración de Fernando L.)
Cuenta la historia que Eêv Kai Hâv, el más odiado
y temido de los guerreros de todo el ancho mundo, sabiéndose inigualable
en ferocidad y destreza en el combate quiso ser el más poderoso
de todos los hombres. Por lo tanto buscó, indagó y viajó
demasiado hasta comprobar que sólo uno era más poderoso
que él sobre la tierra. Ese era Buda, así que
partió a buscarlo. No tardó mucho en hallarlo en su templo
de la montaña. Allí entró sin previo aviso, rompiendo
puertas y pasando sin miramientos sobre todo obstáculo que lo alejara
de su contendor; pero cuando estuvo frente a Buda no supo que hacer; aquel
ser pequeño, escuálido, enjuto, no podía ser aquel
hombre poderoso del que se hablaba tanto.
- Vienes a demostrar de qué eres capaz, ¿Cierto? - Preguntó
Buda.
- Vengo a demostrar que soy más poderoso que todo, mucho más
que tú, mucho más que cualquier fiera de la tierra, bajo
ella; del mar o del cielo. - Respondió el otro, confundido aún
pero firme.
- Bueno, dijo el primero. Ya que eso es lo que buscas te daré algo
que te puede ayudar. Abajo, en la ribera del río existe una pequeña
población de labriegos, hombres de paz, que ha sido asolada en
los últimos días por un tigre hambriento. ¿Crees
ser capaz de demostrar qué tan poderoso eres?...
El guerrero partió sin mediar más palabras, y unas horas
después ya regresaba con la sangrante cabeza del animal en sus
manos.
- Ahí tienes. ¿Necesitas, acaso, otra demostración
de mi poder?.
- ¡Claro!. Dijo Buda. - No has demostrado nada hasta ahora. Devuelve,
por favor, la vida a la criatura.
- No puedo
no es posible eso que me pides. Respondió el hombre,
visiblemente afectado.
- Entonces no eres tan fuerte como crees serlo, no ves acaso que cuando
se trata de quitar la vida, puede hacerlo cualquiera, con un poco de suerte
o empeño; pero cuando el asunto es otorgarla
a muy pocos
les es dado. Se requiere demasiado.
WALL STREET Y LOS MONOS (Colaboración de Juan Carlos V.)
Una vez llegó al pueblo un señor, bien vestido, se instaló en el único hotel que había, y puso un aviso en la única página del periódico local: que estaba dispuesto a comprar cada mono que le traigan por $10.
Los campesinos, que sabían que el bosque estaba lleno de monos, salieron corriendo a cazar monos.
El hombre compró, como había prometido en el aviso, los cientos de monos que le trajeron a $10 cada uno sin chistar.
Pero, como ya quedaban muy pocos monos en el bosque, y era difícil cazarlos, los campesinos perdieron interés, entonces el hombre ofreció $20 por cada mono, y los campesinos corrieron otra vez al bosque.
Nuevamente, fueron mermando los monos, y el hombre elevó la oferta a $25, y los campesinos volvieron al bosque, cazando los pocos monos que quedaban, hasta que ya era casi imposible encontrar uno.
Llegado a este punto, el hombre ofreció $50 por cada mono, pero, como tenía negocios que atender en la ciudad, dejaría a cargo de su ayudante el negocio de la compra de monos.
Una vez que viajó el hombre a la ciudad, su ayudante se dirigió a los campesinos diciéndoles:
Fíjense en esta jaula llena de miles de monos que mi jefe compró para su colección.
Yo les ofrezco venderles a ustedes los monos por $35, y cuando el jefe regrese de la ciudad, se los venden por $50 cada uno.
Los campesinos juntaron todos sus ahorros y compraron los miles de monos que había en la gran jaula, y esperaron el regreso del 'jefe'.
Desde ese día, no volvieron a ver ni al mayudante ni al jefe. Lo único que vieron fue la jaula llena de monos que compraron con sus ahorros de toda la vida.
Ahora sí tienen ustedes una noción bien clara de cómo funciona el Mercado de Valores y la Bolsa.
Un mecánico estaba removiendo la cabeza de un cilindro de un motor V12 perteneciente a un "Jaguar", cuando vió a un conocido y afamado cirujano del corazón en el Garaje...
El cirujano estaba esperando ser atendido
por el jefe de servicio.
El mecánico le gritó al cirujano:
-
"Hey Doc... ¿Le puedo hacer una pregunta?"
El Cirujano, un poco sorprendido, caminó hacia el mecánico.
Éste, limpiándose sus manos en una toalla, le lanzó a "boca jarro", la siguiente pregunta...
- "Vea Doc, échele una mirada a este motor.
Yo abrí su corazón, le saqué las válvulas y el árbol de levas, las arreglé, las volví a instalar y, cuando terminé, el motor funcionó como nuevo.
Entonces, ¿Porqué recibo un salario tan
pequeño mientras que Ud. obtiene un montón de dinero, cuando ambos hacemos básicamente el mismo trabajo?
El Cirujano se inclinó, pausadamente sobre el Mecánico y le dijo, casi susurrándole al oído:
- "Trata de hacerlo con el motor en marcha"...
Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje
por el campo, con el firme propósito de que viera cuan pobre era la gente
del campo que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que
eran ellos.
Estuvieron por espacio de un día y una noche completos en la granja de
una familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo:
- ¿ Que te pareció el viaje?
- !!Muy lindo papá!!
- ¿Viste que tan pobre y necesitada puede ser la gente?
- ¡ Si ¡
- ¿Y que aprendiste?
- Vi que nosotros tenemos un perro en casa, y ellos tienen cuatro. Nosotros
tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un arroyo que no tiene
fin. Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen miles
de estrellas. Nuestro patio llega hasta el limite de la casa, el de ellos
tiene todo el horizonte. Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo
para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tienen que trabajar todo
el tiempo y casi nunca los veo y rara es la vez que charlan conmigo.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo...y su hijo agregó:
- Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser.
LAS
DOS VASIJAS
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba
a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de
las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y
conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo
hasta la casa de su patrón; pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía
la mitad del agua. Durante dos años completos esto fue así diariamente;
desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues
se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre
vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se
sentía miserable, porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía
que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habla al aguador diciéndole:
-Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas
sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del
valor que deberías recibir.
El aguador, apesadumbrado, le dijo compasivamente:
-Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que
crecen a lo largo del camino.
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchas flores hermosas a lo largo,
pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro
de ella la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces:
-¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?
Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello.
Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos
los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores
para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres,
con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.