MOISES,
JESUS, Y EL VIEJITO MISTERIOSO:
Moisés, Jesús y un viejito decidieron disputar un juego de golf, y el campo
se llenó de fanáticos antes del partido.
En el hoyo considerado como el más difícil porque tenía un lago en el medio,
Moisés tiró primero. La pelota salió disparada, cayó en el medio del lago y
se hundió. Moisés caminó hasta el borde, alzó su palo, hizo que se abrieran
las aguas, bajó caminando hasta donde estaba la pelota y, de un golpe, la sacó
del fondo. Con sólo otro golpe, la metió en el hoyo, y la gente aplaudió emocionada.
Luego fue el turno de Jesús. La pelota salió igualmente disparada, e igualmente
fue derecho al lago, pero de repente se detuvo y quedó suspendida a escasos
centímetros de la superficie. Jesús caminó entonces sobre las aguas y con un
golpe preciso, mandó la pelota directamente al hoyo. La ovación de la gente
fue ensordecedora.
Por último, le tocó el turno al viejito. La pelota, una vez más, cayó en el
lago y se hundió, y el público hizo un respetuoso silencio preguntándose qué
podría hacer el pobre viejo. De pronto, del agua saltó un pez con la pelota
en la boca y, justo en ese momento, pasó un águila que lo pescó al vuelo. El
águila se alejó volando por el límpido cielo llevando el pez en su pico, mientras
éste sostenía aún la pelota. Entonces, como salida de la nada, apareció una
nube negra, y de ella brotó un rayo que, pegando certeramente en la cabeza del
águila, la hizo caer. En su descenso, el ave soltó al pez, el pez soltó la pelota
y ésta cayó exactamente en el hoyo. Primero se hizo un silencio dramático y
luego la gente, enloquecida, irrumpió en cerrado aplauso para el viejito.
Jesús se acercó entonces al viejito, que sonreía tímidamente, y le dijo: - Papá...
dejate de joder.
JESUS
Y LAS DROGAS
Jesús, muy preocupado, llama a sus apóstoles a una junta de emergencia
por el alto consumo de drogas en la Tierra. Después de mucho pensar,
llegan a la conclusión de que lo mejor para poder enfrentar el problema
es probar la droga ellos mismos y después tomar las medidas pertinentes.
Se decide que una comisión de apóstoles baje otra vez al mundo
y consiga diferentes drogas. Se efectúa esta operación con el
máximo secreto y a los pocos días empiezan a retornar los comisionados.
Jesús espera en la puerta y empiezan a llegar los primeros apóstoles:
Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Pablo?"
"Traigo hachís de Marruecos".
"Muy bien, hijo, entra".
¿Quién es?"
"Soy Marcos".
Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Marcos?"
"Traigo cocaína de Colombia".
"Muy bien, hijo, entra".
"¿Quién es?"
"Soy Mateo".
Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Mateo?"
"Traigo crack de Nueva York".
"Muy bien, hijo, entra".
"¿Quién es?"
"Soy Juan".
Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Juan?"
"Traigo marihuana de Bolivia".
"Muy bien, hijo, entra".
"¿Quién es?"
"Soy Lucas".
Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Lucas?"
"Traigo speed de Amsterdam".
"Muy bien, hijo, entra".
"¿Quién es?"
"Soy Judas".
Jesús abre la puerta.
"¿Y tú qué traes, Judas?"
"¡¡¡Al FBI !!! ¡¡¡Todos contra la pared!!!
¡¡Las manos en la cabeza!!"
CONFESIONES
DE UN TIPO FEO
Yo era tan feo que, cuando nací, el médico
preguntó donde estaba la cámara oculta. Era tan feo que, cuando nací,
el doctor me tiró al aire y dijo: "si vuela es murciélago", y luego
me tiró en el agua y dijo: "si nada, es cocodrilo". Era tan feo que
cuando nací, el doctor me dio la cachetada en la cara. Luego fue a la
sala de espera y le dijo a mi padre : "Hicimos lo que pudimos... pero nació
vivo", y en lugar de felicitar a mi papá, lo golpeó. Era tan feo,
que mi madre, cuando nací, no sabía si había sido un mal parto o una
buena cagada. Incluso, mi mamá no sabía si quedarse conmigo o
con la placenta. Como era prematuro me metieron en una incubadora... con vidrios
polarizados. Era tan feo, que cuando nací no lloré yo ¡lloró el doctor,
mi papá y mi mamá! Mi madre nunca me dió el pecho porque
decía que sólo me quería como amigo, así que en
vez de darme el pecho, me daba la espalda. Era tan feo que a los 3 meses aprendí
a caminar, porque nadie me alzaba. Era tan feo que cuando era chico, me acariciaban
con una rama. Era un niño tan feo, pero tan feo, que un día mi mamá me llevó
de camping y en la noche, los coyotes prendieron fogatas para que no me acercara.
Era tan feo que cuando jugaba al escondite nadie me buscaba. Nací tan
feo que cuando era niño, por las noches, mi "angelito de la guarda"
dormía en la habitación de al lado. Yo siempre fui muy peludo:
a mi madre siempre le preguntaban: "Señora, a su hijo ¿lo
parió o lo tejió?" Mi padre llevaba en su billetera la foto
del niño que venía cuando la compró. Pronto me di cuenta
que mis padres me odiaban, pues mis juguetes para la bañera eran un radio
y un tostador eléctrico. Una vez me perdí, y le pregunté
al policía si creía que íbamos a encontrar a mis padres;
me contestó: "No lo sé; hay un montón de lugares donde
se pudieron haber escondido". Era tan feo que me exhibían en una
feria por teléfono. Era tan feo que cuando me despertaba, el sol se escondía.
Era tan feo, que no podía dormir, porque cuando venía el sueño, lo espantaba.
Era tan feo, que me dolía la cara. Era tan feo que los ratones me comieron el
documento y dejaron la foto. Cuando fuí al zoológico los monos
me tiraban galletitas. Mis padres tenían que atarme un trozo de carne
al cuello para que el perro jugara conmigo. Cuando me secuestraron, los secuestradores
mandaron un dedo mío a mis padres para pedir recompensa. Mi madre les
contestó que quería mas pruebas. Tuve que trabajar desde chico.
Trabajé en una veterinaria y la gente no paraba de preguntarme cuánto
costaba yo. Un día llamó una chica a mi casa diciéndome:
"Ven a mi casa que no hay nadie. Cuando llegué no había
nadie. Era tan feo que el psiquiatra me hacía acostar boca abajo. El
psiquiatra me dijo un día que yo estaba loco. Yo le dije que quería
escuchar una segunda opinión. "De acuerdo, además de loco
es usted muy feo", me dijo. Una vez, cuando me iba a suicidar tirándome
desde la terraza de un edificio de 50 pisos, mandaron a un cura a darme unas
palabras de aliento. Sólo dijo: "En sus marcas, listos..."
El último deseo de mi padre antes de morir era que me sentara en sus
piernas. Lo habían condenado a la silla eléctrica... Era tan feo,
pero tan feo, que cuando mandé mi foto por e-mail, el antivirus la detectó.
Era tan feo que me miraban dos veces porque la primera no se lo creían.
Era tan feo que convertí a Medusa en piedra. Encima, me echaban del tren
fantasma porque "asustaba demasiado". Era tan feo que asustaba hasta
los ciegos. Era tan feo que cuando me miraba en el espejo, el reflejo se hacía
a un lado. Era tan feo que hacía llorar a las cebollas. Era tan feo que
tiré un boomerang y éste no regresó nunca mas. Era tan feo que cuando
iba al banco, apagaban las cámaras de seguridad. Era tan feo que cuando fui
a la casa de los espantos... regresé con una solicitud de empleo. Sí,
amigos, yo era tan feo, tan feo, que una vez me atropelló un auto...
y quedé mejor. Y ahora soy, apenas... feo.
El gobierno tenía un depósito de chatarra en el medio del desierto.
El Congreso un día dijo: "Alguien puede entrar a robar durante la noche". Entonces
crearon el puesto de Sereno y tomaron a una persona para el trabajo.
Entonces el Congreso dijo: ¿"Cómo puede hacer el sereno su trabajo sin capacitación?".
Entonces crearon un área de planeamiento y tomaron dos personas, una para escribir
las instrucciones y otra para realizar estudios de tiempo.
Entonces el Congreso dijo: ¿"Cómo vamos a saber que el sereno está realizando
sus tareas correctamente?". Entonces crearon el Departamento de Control de Calidad
y contrataron dos personas: una para realizar los estudios y otra para escribir
los reportes.
Entonces el Congreso dijo: ¿"Cómo va a cobrar su sueldo toda esta gente?". Entonces
crearon los siguientes puestos: controlador de horarios y pagador de sueldos.
Y contrataron dos personas.
Entonces el Congreso dijo: ¿"Quién va a llevar la administración contable de
toda esta gente?". Entonces crearon un área administrativa, contrataron a tres
personas: un contador, un asistente y una secretaria.
Entonces el Congreso dijo: "Tenemos este depósito de chatarra en funcionamiento
desde hace un año y estamos $18,000 por encima del presupuesto. Debemos recortar
gastos".
Entonces echaron al sereno.
DIALOGO ENTRE HENRY FORD Y DIOS:
Henry Ford muere y llega al cielo. En la puerta, San Pedro lo recibe y le dice
:
- Bien, vos fuiste una persona buenísima y tu invención, la línea de montaje
para automóviles, cambió el mundo. Como recompensa podés pasear a voluntad en
el cielo, podés ir para cualquier lugar.
Ford piensa un poco y dice:
- "Yo quiero estar junto a Dios un poco."
Entonces San Pedro pide a un ángel que acompañe a Ford para la sala del Todopoderoso.
Ford entra en la sala y le pregunta a Dios con reverencia.
- "Señor Todopoderoso, ¿ cuando inventaste a la mujer, en que pensabas
?"
Dios pregunta: - "¿ que quieres decir con esto ?"
-" Bueno,"- dice Ford - " vos tenés grandes problemas en el proyecto
de tu invención, a saber:"
- 1. Muchos modelos tiene un frente demasiado grande.
- 2. Hace mucho ruido cuando va a altas velocidades.
- 3. El mantenimiento es extremadamente caro.
- 4. Necesita constantemente de repintura.
- 5. Tiene que quedarse en el garaje 5 días de cada 28.
- 6. La parte trasera se mueve mucho.
- 7. La entrada de aire es por el sistema de alimentación.
- 8. Los faros normalmente, no son del tamaño ideal.
- 9. El consumo de combustible es asombroso.
- . . . . . . esto es sólo para citar algunos problemas . . . . ."
- "Hmmm . . .", responde Dios, "aguarda un minuto".
Dios va para la Supercomputadora Celestial, apunta para un ícono de la pantalla
y aguarda, Casi instantáneamente sale un listado con colores de la impresora.
Dios lee el informe, se da vuelta para Ford y le dice:
- "Puede ser que mi proyecto tenga problemas como vos apuntás pero, en
este preciso momento, hay mas hombres subidos a mi invención que a la tuya".